LA PATERNIDAD QUE FORMÓ A JESUS Parte 5. Una Paternidad Que Promueve La Obediencia.


LA PATERNIDAD QUE FORMÓ A JESUS Parte 5.
Una Paternidad Que Promueve La Obediencia.
 
La “Obediencia” es uno de los valores que demanda un mayor esfuerzo, este valor necesita ser reforzado constantemente a fin de que se vuelva parte de la identidad de nuestra familia.
 
La “Obediencia”, como todo comportamiento necesita “Marcos De Referencia”; Es decir, los modelos que hay en nuestra mente son los que establecen los parámetros del comportamiento admitido. Por ejemplo, si yo crecí en una familia donde la disciplina y la obediencia eran escasas, ese será un marco de referencia, si mis padres eran permisivos o indiferentes respecto a la disciplina y la obediencia, ese será otro marco de referencia, generando en mi mente un espacio para la tolerancia.
 
Es por eso, que la modificación del comportamiento demanda que expongamos nuestra mente y la de nuestra familia a nuevos “Marcos De Referencia”, ¿Cuál es ese marco de referencia? Nuestro compromiso como padres de modelar, enseñar, delegar y supervisar el comportamiento de nuestros hijos, hasta que exista un nuevo patrón de conducta y se hayan formado nuevos hábitos. Recordemos esto, la obediencia carece de significado sin un marco de referencia al que llamamos “hábitos o costumbres familiares”. Establecer un hábito demanda entrenamiento constante, pero al final este hábito determinará nuestro comportamiento convirtiéndose en un patrón de conducta que guiará nuestra vida.
 
Jesucristo Como Ejemplo De Obediencia
Lucas 2:48-50
48 Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. 49 Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabas? ¿No sabías que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? 50 Mas ellos no entendieron las palabras que les habló. 51 Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
 
La necesidad de Jesús de estar en los negocios de su Padre anticipadamente, sucumbía ante su disposición a obedecer, y esto Lucas el evangelista no lo pudo pasar desapercibido, por eso dijo… Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos.
 
La obediencia es uno de los valores que caracterizó a Jesús toda su vida. Su sumisión a su Padre celestial en edad adulta tenía como plataforma la sumisión a sus padres desde niño. Es evidente que no tenemos que esperar hasta que el niño es capaz de comprender una orden para enseñar obediencia.
 
¿Cuándo es el tiempo de enseñar a nuestros hijos a obedecer?
La respuesta es simple ¡Desde que llegan a nuestra vida! Uno de mis libros favoritos sobre la crianza de los hijos es el escrito por Michael y Debi Pearl que lleva por nombre “Para Entrenar A Un Niño”, donde los autores exponen el siguiente principio: La obediencia es el resultado de un entrenamiento constante, el comportamiento de nuestros hijos es el resultado de nuestra manera de entrenarles para responder ante cada circunstancia. El capítulo 2 de este libro toca el tema de “La Naturaleza Infantil” y comparte esta verdad:
 
“Dios nos creó para que vivamos en un constante estado de necesidad y dependencia, Dios puso en nosotros un impulso involuntario que nos lleva a saciar estas necesidades, a medida que el niño crece aprende a manipular su entorno para su propia satisfacción, el niño es Egocéntrico por naturaleza pues en lo único que piensa es llenar sus propias necesidades”.
 
Si como padres no enseñamos a nuestros hijos a frenar esa naturaleza egocéntrica nunca podremos obtener de ellos su obediencia. Por lo tanto, debemos establecer este principio: La obediencia de los hijos es responsabilidad de los padres, es por esto que no podemos decir _ Mi hijo no quiere obedecer. Lo correcto sería decir _ No tengo la capacidad de enseñar obediencia a mis hijos.
 
La obediencia es un asunto de una paternidad responsable, No hay niños de voluntad fuerte sin adultos de voluntad quebrantada.
 
Todos hemos visto alguna escena donde hay una lucha de poderes entre un niño y un adulto, ¿Quién gana normalmente? Así es, ¡El niño! Donde hay una lucha de poder entre un niño y un adulto siempre termina ganando el niño, ¿Por qué digo esto? Porque la autoridad de un adulto que sabe conducir a sus hijos a través de la sana disciplina no es negociable.
 
En cierta ocasión, mientras caminábamos por el supermercado llamó nuestra atención los gritos desesperados de un pequeño que parecía de apenas 3 años, tirado en el piso, pataleaba y gritaba para que su madre le comprara una golosina que había tomado del mostrador. La madre, muy apenada trataba de negociar con él, pero el niño ¡Como todo un experto terrorista! Se había propuesto salirse con la suya. La vergüenza de la madre pronto se trasformó en coraje, al no ganar la negociación el coraje se volvió agresión, la agresión pasó a ser indiferencia, la indiferencia pronto se convirtió en amenazas de abandono, pero nada surtió efecto, ¡la voluntad del niño era aterradora! Así que consiguió lo que buscaba. ¿Te suena conocida esta escena?
 
La obediencia de nuestros hijos debe comenzar a temprana edad, a través de la obediencia frenamos sus impulsos egocéntricos, le enseñamos que no todo existe para él, le modelamos el marco de referencia sobre el comportamiento que esperamos que distinga a nuestra familia, delegándole un comportamiento que beneficie y promueva la unidad.
 
 
Técnicas para el El Manejo De La Obediencia.
Enseña Obediencia Bajo El Siguiente Modelo.
 
Modela Alegremente: Tu eres el marco de referencia más importante de tus hijos, en edad temprana ellos harán con mayor facilidad lo mismo que tú, por lo tanto, conviértete en el modelo a seguir, trabaja en tus propios hábitos haciéndolos con entusiasmo y felicidad, la actitud que tu modeles es demasiado importante, ellos harán un vínculo con su responsabilidad a través de las emociones, por ejemplo, si estas molesto al hacer algo, ellos aprenderán que eso que se hace genera molestia, en cambio si estas alegre, ellos aprenderán que eso que se hace genera alegría.  
 
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Colosenses 3:23-24
 
Enseña Pacientemente:  La obediencia perfecta es antecedida por una enseñanza perfecta. Los hijos necesitan saber lo que esperamos de ellos, es decir cómo hacer las cosas de la manera correcta, No supongamos que sabrán hacerlo, en lugar de ello enseñemos la manera correcta de hacer las cosas, hagámoslo juntos con un espíritu paciente, no demandando perfección sino disposición. Haciéndoles que estamos ahí para apoyarles mientras aprende a hacerlo. Evita los regaños cambiándolos por instrucciones.
 
Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. Proverbios 22:6
 
Delega Responsablemente: Has saber a tus hijos que confías en ellos, delega poco a poco responsabilidades a medida de su capacidad. Esto les hará verse así mismo como importantes y se sentirán parte de la familia, como consejero he aprendido que uno de los factores que promueven la desconexión y el sentimiento de soledad y rechazo en nuestros hijos es la falta de responsabilidades en el hogar, cuando le das responsabilidades a tus hijos se sienten útiles y parte importante de su familia.
 
Deuteronomio 11:18 y19 
Pondréis estas Mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma. [...] Las enseñaréis a vuestros hijos.
 
Elogia Sinceramente: No hay mayor incentivo que el elogio, al elogiar reforzamos el auto concepto de nuestros hijos, le decimos ¡Eres capaz! ¡Eres bueno! ¡Lo haces bien! ¡Eres importante! Ellos están buscando nuestros elogios para saber que lo están haciendo bien, cada vez que lo elogias lo inspiras a hacerlo mejor, por lo contrario, al señalar los errores le haces sentir incapaz y cortas su inspiración.
 
El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina. Proverbios 13:3
 
Supervisa Constantemente: Nuestros hijos deben saber que las responsabilidades de ellos son importantes, deben saber que estaremos supervisando su labor, la razón de ellos es que por naturaleza dejamos de pensar en el bien común concentrándonos en nuestras propias necesidades, si no supervisamos constantemente ellos perderán la motivación de hacer las cosas con excelencia.
 
Corrige Sabiamente: Para esto aprende a controlar tus emociones, no tomes como algo personal la desatención de tus hijos, no es porque no te respeten, o porque no les importes, mucho menos que no te valoran, simplemente es falta de atención en sus responsabilidades quizás porque algo más tiene su atención. Así que evita corregir movido por tus emociones. No les grites, no les insultes, toma un tiempo para estar en paz y corrige con sabiduría.
 
El Uso De La Vara: Este asunto es muy importante, ¿Cómo padres cristianos podemos corregir con vara? La respuesta es sí, sin embargo, hay muchas cosas que debemos tomar en cuenta para poder hacerlo de acuerdo a los principios Bíblicos, por ejemplo: 
  • La vara  el último nunca, nunca el primero. 
  • Se usa exclusivamente para quebrantar la voluntad del niño cuando se mantiene en una actitud rebelde. 
  • Requiere control emocional para ser aplicada correctamente; No se usa con ira y no persigue lastimar, 
  • Se usa a edad temprana (antes de los 9 años), la vara en hijos adolescentes ya no surte efecto pues fomenta el rencor y la rebeldía.
  • Requiere restauración y enseñanza. El niño debe entender la actitud que estamos corrigiendo y debe ser enseñado acerca de como proceder para no volver a fallar. 
Nota: Como padres debemos ser creativos para encontrar otras maneras de ejercer disciplina, de modo que la vara sea usada en el momento preciso y que una sola vez sea suficiente para recobrar la obediencia de nuestros hijos.
 
Proverbios 23:13
No escatimes la disciplina del niño; aunque lo castigues con vara, no morirá.
 
Establezcamos Hábitos: Recuerda que el fin de la obediencia es establecer hábitos en la vida de nuestros hijos.

Hoy Hagamos Un alto Para Preguntarnos:
¿Qué hábitos son los que distinguen a tu familia?
¿Qué hábitos son los que necesitas corregir?
¿Qué falta aplicar en cuanto a las técnicas para el manejo de la obediencia?

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Comunidad Cristiana Palabra De Vida
Pastor: Jacob Isaí Hernández

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